No es nada nuevo decir que las cubiertas son responsables de la protección del edificio ante las inclemencias temporales. Pero a veces se nos olvida. Sobre todo cuando dejamos pasar el tiempo, llega el otoño, y no hemos realizado una tarea tan simple como es evaluar el estado de la cubierta.
Antes que haga acto de aparición el invierno, es fundamental vigilar la situación en que se encuentran las tejas, por ejemplo. También revisar si hay posibles grietas que puedan ocasionar daños mayores con la llegada del mal tiempo y, por supuesto, limpiar los canalones o bajantes de las hojas, restos incrustados de posibles obras, etc., que se hayan acumulado durante los meses de verano.
No obstante, y en caso de ser necesaria, la limpieza no debe limitarse a los elementos que favorecen un desagüe correcto, sino también ampliarse al resto de elementos singulares de la cubierta (remates, cumbreras y aristas).
Impermeabilización
La correcta impermeabilización de la cubierta es fundamental para la protección del edificio frente a las inclemencias meteorológicas. Por ello, es importante comprobar el tejado ante cualquier sospecha de goteras, que puedan dar lugar a humedades en el interior de la vivienda.
Y es que, según el Análisis Estadístico Nacional sobre patologías en la edificación de la Fundación MUSAAT, más del 75% de las patologías que se producen en las cubiertas se deben a humedades generalizadas por filtración o filtraciones puntuales.
En el caso de la cubierta inclinada con un plan de mantenimiento sencillo y económico se garantiza la impermeabilidad de la cubierta a lo largo de la vida útil del edificio, siendo ésta una de las principales ventajas frente a la cubierta plana. Y esto es así porque su desnivel garantiza un flujo rápido de agua, evitando que se produzca estancamiento por la obturación de sumideros o por el simple crecimiento de vegetación, algo habitual en las cubiertas planas.
Además, la cubierta inclinada permite emplear sistemas de drenaje del agua de lluvia por el exterior del edificio, lo que facilita la limpieza de los mismos evitando con ello posibles daños por atascos en estos elementos, este mantenimiento no se puede realizar de forma sencilla si el sistema de drenaje se encuentra dispuesto en el interior de las viviendas.
Este invierno contar con una cubierta inclinada será el paso previo para conseguir un edificio seguro frente a las inclemencias meteorológicas, aislado de las temperaturas bajas y en buenas condiciones.
¿Y tú? ¿Ya te has preparado?