Tradicionalmente el verano es el periodo más propicio para llevar a cabo las reformas, al coincidir con las vacaciones. Además, este año, debido a la especial situación que estamos atravesando, la previsión es que aumenten estos trabajos, por una parte porque al estar más tiempo en casa hemos detectado qué cosas nos gustaría cambiar en ella para mejorar nuestro bienestar. Por otra parte, también por el deseo de recuperar viviendas de campo o casas de familia poco utilizadas para disfrutar de las vacaciones.
A la hora de acometer trabajos de reforma en el tejado hay que tener muy en cuenta la seguridad de los trabajadores, ya que las caídas en altura constituyen uno de los principales riesgos laborales.
Según datos de Asepeyo, en España mueren cada año alrededor de 50 trabajadores por golpes como resultado de caídas, la tercera causa de accidente mortal en jornada de trabajo.
Una gran parte de estos trágicos sucesos se producen mientras las personas realizan algún trabajo de reparación o mantenimiento en cubiertas o tejados. Muchas veces se trata de cubiertas no transitables y normalmente inclinadas, con accesos complicados y sin dispositivos de anclaje fáciles o accesibles. Este tipo de infraestructuras requieren el acceso de un profesional que conozca el oficio y la formación en trabajos en altura y cuente con las medidas de seguridad necesarias.
Según que materiales se hayan utilizado, pueden ser frágiles o estar en mal estado: En muchas ocasiones, los tejados y cubiertas están fabricados con materiales, que no se fabrican para poder soportar directamente cargas puntuales, como el tránsito de una persona, por lo que no ofrecen gran resistencia al peso y pueden romperse con facilidad. Hay que tener en cuenta también que, en ocasiones cuentan con lucernarios o falsos techos que pueden provocar el accidente.
Las cubiertas en muchas ocasiones no cuentan con sistemas de protección para trabajos temporales en altura. En el caso de que tengan anclajes habrá que revisar su estado.
La meteorología es fundamental a la hora de trabajar en cubiertas. Nunca hay que realizar este tipo de trabajos con climatología desfavorable, particularmente, la nieve y la lluvia pueden hacer que un usuario se resbale, sobre todo si es de chapa metálica, o si la velocidad del viento es superior a los 50 km/h.
Antes de empezar, es vital saber qué equipos de protección personal y de herramientas necesitaremos. Nos ahorraremos disgustos.
Nunca se debe subir solo. Debe de haber al menos dos operarios en todo momento. En el desgraciado caso de que se produzca un accidente, el otro trabajador debe de dar la llamada de socorro para evitar que la persona que subió, quede aislada y sola.
Los accesos deben señalizarse adecuadamente para impedir el paso a personas ajenas a la obra. Una vez interiorizadas estas consideraciones, conviene repasar otras normas fundamentales para trabajar seguro:
- Hay que garantizar que existen elementos de resistencia suficiente en la superficie sobre la que se va a actuar y utilizar equipos de trabajo adecuados: andamios o plataformas elevadoras móviles para personas.
- Instalar medidas de protección colectiva: pasarelas, barandillas o redes de protección bajo cubierta y dotar al trabajador de un arnés anticaída además de garantizar que los equipos son adecuados sin olvidar nunca la vigilancia y control del cumplimiento de las medidas de seguridad.
Y no podemos olvidarnos de la la proliferación de los cada vez más populares techos solares y su instalación. Estas labores cuentan con procedimientos específicos para evitar cualquier tipo de riesgo.
Consciente de la naturaleza del problema, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), ofrece una guía que, bajo el título: “Trabajos en cubierta. Lo importante es bajar con vida” incluye información y material audiovisual para concienciar de la importancia de atender normas básicas.
Disfrutemos del verano con responsabilidad y seguridad.
¡Felices vacaciones!