Comenzamos un mes de septiembre atípico, con muchas preocupaciones e incertidumbres, pero a pesar de ello, debemos seguir adelante con nuestras vidas con la esperanza de que la normalidad de siempre esté cerca.
En nuestra vuelta a la rutina y tras un verano especialmente tormentoso, podemos encontrarnos con que tenemos que realizar reparaciones en el tejado de la vivienda.
Como os hemos venido hablando en este Blog en anteriores ocasiones, una de las principales características de una cubierta inclinada es su durabilidad. Con unos buenos componentes y un buen mantenimiento, la longevidad de nuestro tejado será muy elevada. Pese a todo, siempre pueden ocurrir incidencias que obliguen a tener que realizar reparaciones en nuestro tejado.
Paradójicamente las reparaciones que más demandan los propietarios de viviendas no se deben a la “vejez” de la instalación sino a causas anteriores derivadas de la construcción e incluso del proyecto de cubierta.
Sea cual sea el motivo, si tienes que arreglar tu cubierta no te pierdas estos consejos que te serán de mucha utilidad.
Haz la reparación lo antes posible
No dilates el problema en el tiempo. Cuanto antes intervengas más sencilla será la reparación y menos daños se habrán ocasionado en el interior de la vivienda. Un arreglo a tiempo será también mucho más económico que otro en el que haya que solucionar problemas de mayor calado.
Alerta goteras
La aparición de las temidas goteras siempre son un indicativo de problemas en nuestra cubierta: Ya sean por fallos en la impermeabilización, rotura de alguna teja o simplemente por falta de limpieza y mantenimiento. En caso de duda, un experto determinará la causa y la mejor forma de proceder a la reparación.
Ojo, que no siempre el lugar donde existe el problema está justo encima del sitio en el que aparece la gotera. El agua puede deslizarse por la cubierta y “salir” en un punto más lejano.
Desde la sustitución de una teja hasta…
Lo más normal en el caso de humedades (y crucemos los dedos para que sea así) es que la humedad se deba a la rotura de una teja. En este caso con su simple sustitución habremos solucionado el problema. Es mucho más peliagudo si las goteras son generalizadas ya que la causa más probable será la falta de impermeabilización. En este caso habrá que levantar las tejas, poner una placa de fibrocemento o asfáltica bajo teja y retejar toda la superficie.
No son goteras, son condensaciones
Otro posible problema que hará necesaria una reparación son las condensaciones. Cuando el aire circula bajo las tejas se evita el fuerte contraste entre las temperaturas del tejado y el interior con lo que se minimiza el riesgo de condensaciones. Una correcta ventilación y aislamiento de la cubierta es algo a trabajar durante la construcción del inmueble. Pero si nos encontramos este problema en una edificación antigua u obsoleta siempre podemos instalar un sistema de ventilación o respiradero como tiras de rejilla, salidas en la cumbrera, etc.
Otras reparaciones muy demandadas
Pero no sólo de goteras viven los profesionales que se dedican a realizar reparaciones en la cubierta. En nuestro tejado pueden surgir otro tipo de arreglos que no siempre tienen que responder a un problema previo. También suelen realizarse intervenciones preventivas como la instalación de aislamiento, la colocación de rejillas en canalones y accesos o bajantes para evitar obstrucciones en las bajantes.
No olvidemos todos los componentes de la cubierta
Por ejemplo, podemos encontrar conductos de chimeneas agrietados que deben repararse rápidamente, canalones atascados o cumbreras deterioradas. Cada problema tiene su solución. Lo importante es detectarlo rápidamente y actuar con igual diligencia.
¿Y cuánto me gastaré en reparar la cubierta?
Aquí lamentablemente no podemos dar una respuesta ya que el monto final de la factura responderá al alcance de la obra efectuada, la necesidad de materiales y el número de horas que se hayan empleado en la reparación. No podemos dar una respuesta pero sí un consejo: confía siempre en uno o varios profesionales de las reformas con acreditada formación y experiencia.
¡Ah!, no olvides pedir presupuestos y elegir el que más se acerque a tus necesidades.